miércoles, 23 de mayo de 2012

Clasificación de las emociones
Vamos a mencionar una de las múltiples clasificaciones utilizadas, donde se proponen ocho emociones consideradas primarias y una serie de miembros para sus respectivas familias.

Ira: rabia, enojo, resentimiento, furia, exasperación, indignación, acritud, animosidad, irritabilidad, hostilidad y, en caso extremo, odio y violencia.

Tristeza: aflicción, pena, desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desaliento, desesperación y, en caso patológico, depresión grave.

Miedo: ansiedad, aprensión, temor, preocupación, consternación, inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, angustia, susto, terror y, en el caso de que sea psicopatológico, fobia y pánico.

Alegría: felicidad, gozo, tranquilidad, contento, beatitud, deleite, diversión, dignidad, placer sensual, estremecimiento, rapto, gratificación, satisfacción, euforia, capricho, éxtasis y, en caso extremo, manía.

Amor: aceptación, cordialidad, confianza, amabilidad, afinidad, adoración, devoción, enamoramiento, y ágape.

Sorpresa: sobresalto, asombro, desconcierto, admiración.

Aversión: desprecio, desdén, displicencia, asco, antipatía, disgusto y repugnancia.

Vergüenza: culpa, perplejidad, desazón, remordimiento, humillación, pesar y aflicción.

Como el listado nos permite ver, hay emociones que llamaríamos positivas y otras negativas. Pero también es cierto que una emoción que a primera vista nos parece negativa, puede ser positiva según el objeto hacia el que se dirija. Por ejemplo, el odio. Cualquiera diría que es una emoción netamente negativa, que no podría considerarse positiva... pero ¿si se refiere a odio a la injusticia y nos moviera a esforzarnos por construir un mundo más justo? En este caso debemos aceptar que es un odio bueno, porque su objeto es incorrecto y la conducta que motiva es adecuada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario