miércoles, 23 de mayo de 2012

Cómo ingresas las emociones en una persona?


1. La falta de certezas trascendentes

Todo aquello que desee mantenerse en pie por largo tiempo, debe construirse sobre fundamentos sólidos. Si deseamos una vida emocional estable, se requiere una estabilidad espiritual suficiente que soporte las dificultades y enigmas de la vida diaria y les dé sentido o garantice la capacidad de encajarlos adecuadamente. El dolor, el sufrimiento, las dificultades siempre estarán presentes en la vida de una persona; sólo algún principio o certeza sobrenatural puede dar sentido y responder al interrogante que generan y, al mismo tiempo, permitir sobreponerse y continuar adelante sabiendo que volverán a surgir.

Esto es especialmente importante en la mujer, porque por su naturaleza ella tiende a trascender más que el varón. Los éxitos y realizaciones temporales no son para ella fuente de seguridad porque ve lo frágiles que pueden ser. La mujer necesita una agarradera casi eterna. Esto lo encuentra en convicciones y certezas trascendentes, fundamentadas en una estabilidad religiosa serena.

2. Una idea sin fundamentos

En la vida afectiva de las mujeres tienen mucho peso las ideas que ésta se forme sobre bases objetivas o subjetivas. La mujer tiende a darle vueltas a las cosas, va sacando consecuencias, imagina las reacciones de los demás, prevé las dificultades que podrán surgir, etc. Esto es útil cuando hay que programar y planear, pero puede llegar a ser un verdadero problema cuando no sabemos mantenerlo dentro de límites razonables y permitimos que esas ideas construyan castillos en el aire y originen emociones no siempre adecuadas. ¿Recuerda el cuento infantil La lechera? En él una lechera pobre, va al mercado a vender la leche; en el camino va soñando que con el dinero de la leche comprará pollitos, cuando crezcan y los venda comprará... hasta que se ve dueña de un hermoso vestido con el que enamorará al príncipe. Y al llegar a este punto es tanta su emoción (ha olvidado que sólo son planes) que da un salto de alegría y el cántaro de leche se le cae y rompe: se acabaron los sueños de la lechera.

Un ejemplo de la vida real: Inés está recién casada, su esposo es muy ordenado y cena siempre a las 8:00 p.m. Ese día Inés tuvo dificultades en el trabajo y como llegó cansada decidió escuchar un poco de música antes de preparar la cena, pero se le pasó el tiempo. Cuando se dio cuenta se puso nerviosa y mientras cocinaba, su mente bullía en una cadena de explicaciones, excusas y posibles reacciones de su esposo. Lo imaginaba reclamando por su descuido y ella intentando explicarle que había tenido un día difícil, pero entonces él no la escuchaba y enfadado se sentaba a devorar lo que ella había preparado sin decirle ni siquiera gracias. Para cuando su esposo llegó, ella ya estaba furiosa y esperando una mínima palabra o gesto para reivindicar sus derechos, pero él no dijo nada, la saludó tranquilamente y le preguntó cómo había sido su día. Inés tuvo que esforzarse por comprender que éste era el mundo real y dominar su enojo y rabia. Había sido la mente de Inés la que creó todo y casi provoca un pleito matrimonial.

Por todo esto es importante que:

- Conozcamos la fuerza de la mente en la propia vida: tus estados de ánimo negativo, ¿tienen fundamento real o surgen de tu mente? Tu vida, ¿se fundamenta en hechos reales o en fantasías para huir de lo que te duele?

- Aprendamos a dominar la mente: distinguir lo que es o no objetivo, realista. Controlar y contrarrestar las ideas negativas y favorecer las positivas, etc. Por ejemplo, siento que en la oficina no me han considerado: ¿Tiene un fundamento objetivo? ¿Podría dar argumentos y pruebas reales o son sólo subjetivas?

- Dominemos la fantasía: en las mujeres es común preocuparse por adelantado o crear un mundo de ensueño. Hay que vivir con los pies en la tierra. Recordemos a la lechera.

3. ¿Te quieres a ti misma?

¿Qué opinión tienes de ti misma? Si te consideras inútil o fracasada es que no te conoces adecuadamente. Primero porque todas las personas tienen más de un punto positivo y al mismo tiempo, porque no existe ninguna persona perfecta. Partiendo de ese realismo en la consideración de nosotros mismos, podemos llegar a desarrollar un cariño correcto por nuestra propia persona y la trataremos con delicadeza y caridad.

Además vivir con una visual negativa es correr un maratón con las piernas atadas. Esta visión negativa nunca será correcta y elimina toda posibilidad de superarnos: estamos convencidas de que será imposible. Con sinceridad, ¿cuántas veces has pensado de tí misma que eres un fracaso, un rotundo y total fracaso sin remedio?

Para aprender a querernos debemos dejar de compararnos con los demás. Somos únicos, distintos del resto y no tenemos que ser iguales, perderíamos nuestra originalidad. Tampoco crearnos ideales inalcanzables que nos hagan desesperar, ni mediocres que nos desalienten. Seamos realistas pero exigentes con nosotros mismos, pongámonos un ideal, una meta y luchemos por alcanzarla sabiendo que no se logra en un día ni sin esfuerzo, pero que es posible con constancia y dedicación. Nos puede ayudar pensar en lo que aconsejaríamos a una amiga que nos relata su problema, porque generalmente somos más realistas con los demás que con nosotras mismas.

4. El universo de lo somático

En la vida no todo son ideas, ni religiosidad ni autoestima. Poseemos un cuerpo que no podemos ignorar ni convertir en una obsesión. Hay tres elementos a tener en consideración:

la belleza: para la mujer es importante su aspecto físico, más aún con los modelos que presenta el mundo actual. En algunos casos la importancia que algunas le dan a la apariencia lo transforma en una fijación y en la apariencia se centra toda fuente de seguridad, de éxito, de alegría, etc. Esto es un error, es hacer depender nuestro valor como personas de algo efímero y circunstancial. No prestemos atención a los cánones de belleza impuestos por los medios y busquemos aprovechar nuestras potencialidades.

Un ejemplo extremo es lo que ocurre con las adolescentes que sufren anorexia. Generalmente son chicas inteligentes y con éxito en los estudios, pero ponen en la apariencia física su meta y único valor como seres humanos hasta el punto de no importarles arriesgar la propia vida con tal de cumplir con ciertos parámetros de belleza.

las hormonas: el ciclo menstrual con todos sus cambios hormonales tiene una fuerte influencia en el estado emocional de una mujer. Cada una es diferente, lo importante es conocerse a sí misma y descubrir la influencia de los diferentes momentos del ciclo en la realidad afectiva para que no caigan de sorpresa sino que nos encuentren preparadas.

Está comprobado que al acercarse el momento de la ovulación, el aumento de estrógenos fomenta un estado de ánimo sereno, relajado, positivo. Algunos estudiosos creen que es un mecanismo que ayudaría a la mujer a aceptar un acercamiento del varón en los días en que es fértil. No se sabe, pero sí se conoce que al acercarse el momento de la menstruación, en el que el nivel de estrógenos es bajo, el estado de ánimo se vuelve más irritable, lábil o susceptible.

el cansancio y la enfermedad: son dos condiciones físicas que influyen negativamente en el estado anímico y además predisponen a una mayor sensibilidad y susceptibilidad. Debemos cuidar la salud. La influencia es mutua. Un estado de ánimo bajo, triste, deprimido lleva a problemas de salud o incluso a menor sobrevida en casos de enfermedades terminales.

Se ha demostrado que pacientes terminales que cuentan con el apoyo de un grupo, su familia o el equipo médico sobreviven más del doble de aquellos que en las mismas condiciones médicas se enfrentan a la enfermedad solos sin apoyo emocional.

Otro buen ejemplo es la experiencia personal. Todos hemos pasado por episodios en los que un malestar más generalizado o una época de mayor cansancio por trabajo o exámenes nos provoca estados de ánimo depresivos o irritables. Y en esos momentos algo que antes no hubiese causado mucha dificultad se convierte en un obstáculo insalvable o en una agresión absoluta.

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